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España supera el nivel de empleo de antes de la pandemia con la creación de 776.000 puestos de trabajo en 2021

La pandemia está más extendida que nunca si se observan las cifras récord de infectados tanto en España como a nivel global, pero el mercado laboral hace tiempo que ya no se mueve al ritmo que marca el virus. En 2021, cuando se dejaron sentir con mayor o menor intensidad cuatro de las seis olas de contagios, hubo 776.478 afiliados más y 782.232 desempleados menos registrados en las oficinas públicas, según los números de los Ministerios de Trabajo y Seguridad Social publicados este martes. No se creaba tanto empleo desde 2005, cuando la regularización extraordinaria de inmigrantes que ya estaban trabajando emprendida por el Gobierno produjo un efecto estadístico anómalo.

La rotura de amarras entre crisis sanitaria y ocupación, indiscutible tras diez meses consecutivos de caídas del paro, ha venido propiciada por el levantamiento de las restricciones, el avance de la vacunación y la mejora del consumo gracias al desembalse del ahorro acumulado por los hogares. Y ha permitido hacer realidad la completa recuperación de cotizantes y trabajadores con una rapidez impensable en recesiones anteriores: en febrero de 2020, último mes antes del impacto económico de la covid-19, había 19.250.299 afiliados y 3.246.047 parados. Hoy se contabilizan 19.824.911 afiliados —máximo histórico— y 3.105.905 desempleados.

La conclusión tras esa maraña de datos es clara: en España trabaja hoy más gente y hay menos demandantes de empleo que antes de que las noticias sobre el descubrimiento de una misteriosa enfermedad respiratoria en la ciudad china de Wuhan dieran paso al mayor desafío para la salud pública en un siglo. La pandemia no solo acabó bruscamente con un ciclo virtuoso de seis años de reducción del paro, también ha puesto a prueba, con un balance más que positivo, nuevos instrumentos concebidos para amortiguar golpes inesperados, como las ayudas a autónomos y los ERTE, estos últimos cada vez más desiertos: de los más de 3,6 millones de asalariados protegidos en la primavera negra de 2020 solo quedan 102.548 en ERTE por covid —entre ellos un tercio de los trabajadores de las agencias de viajes—, algo más de 20.000 no ligados al virus —principalmente del sector automovilístico—, y 1.415 afectados por la erupción volcánica de La Palma. Todos ellos cuentan como ocupados en las estadísticas, y no como parados.

Varios trabajadores de la construcción en un edificio de Madrid, este martes.
Varios trabajadores de la construcción en un edificio de Madrid, este martes. JUAN BARBOSA

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Aunque España sigue en el furgón de cola de la UE junto a Grecia en porcentaje de parados, el balance frente a otras crisis es abrumadoramente favorable. Tras la Gran Recesiòn no se logró superar hasta 12 años después el número de afiliados que tenía en el verano de 2007, en plena burbuja inmobiliaria, y nunca llegó a los umbrales de paro registrado previos. Ahora, 2021 ha bastado para recuperar con creces lo perdido en 2020. Desde el suelo de abril del año pasado —cuando se evapoinusualn casi un millón de puestos de trabajo en mes y medio— al techo de diciembre de este curso se han ganado casi 1,4 millones de empleos, acercándose al listón simbólico de los 20 millones de cotizantes —que el Gobierno confía en rebasar en el primer semestre—. Y el recién terminado diciembre, habitualmente muy propicio para las contrataciones por la campaña navideña, ha sido la guinda de ese progreso con 72.553 afiliados más.

También el paro registrado recoge esa recuperación, y no está lejos de quedar por debajo de la barrera de los tres millones. Los contratos indefinidos cayeron en diciembre al 10% desde el 14% de noviembre, El desempleo acumula diez meses de descensos, el periodo más largo de la serie histórica, y diciembre ha acabado con 76.782 parados menos gracias al tirón del sector servicios, la cifra más baja en ese mes desde 2007.

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El mercado laboral obsequia así al Gobierno con los réditos políticos que le ha negado el PIB, el otro gran indicador de la marcha de la economía, mucho más rezagado no solo frente al empleo, sino en la comparativa con los socios europeos, aunque la radiografía que ofrece este baremo ha despertado más dudas tras las inusuales revisiones al alza y a la baja por parte del Instituto Nacional de Estadística debido a los problemas para recopilar datos. El secretario de Estado de Seguridad Social, Israel Merino, cree que las futuras revisiones pueden ir corrigiendo el desacople actual. “Es llamativo. Un caso bastante inusual cuando miramos lo que está ocurriendo en los países de nuestro entorno, donde los crecimientos de empleo y PIB están siendo muy similares”, sostuvo durante la rueda de prensa de presentación de los datos de empleo.

El Ejecutivo interpreta que los datos de empleo son suficientes para dar por terminada la crisis. “La recuperación es un hecho”, ha celebrado el ministro de Presidencia, Félix Bolaños. Algo más comedido ha estado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. “Los datos vuelven a reflejar el avance de la recuperación en España. No nos detenemos. Trabajamos para combatir la precariedad y seguir creando empleo de calidad”, ha afirmado en la red social Twitter.

La temporalidad y el paro juvenil son las grandes asignaturas pendientes. Los contratos indefinidos cayeron en diciembre al 10% desde el 14% de noviembre, un hecho que el Gobierno achaca a la campaña navideña y que espera corregir con la nueva reforma laboral. En el caso del paro en los menores de 25 años los avances son más notorios, se redujo en 22.848 personas el mes pasado y en 143.809 en los últimos diez meses, lo que deja la cifra total como la más baja de toda la serie histórica en un mes de diciembre.

Varias amenazas penden sobre la actual rapidez de crucero de la ocupación. Enero, cuando el desenfreno de las compras navideñas se agota y desemboca en un periodo más austero, es tradicionalmente el peor mes en el mercado laboral español. Y este año coincide con la explosión de casos de la variante ómicron, que si bien ha provocado hasta ahora una proporción de ingresos hospitalarios menor a la de otras olas, resulta mucho más contagiosa, lo cual ha alentado límites horarios a la hostelería y el ocio nocturno en algunas comunidades autónomas españolas y varios países europeos, así como la proliferación de normas y recomendaciones para evitar reuniones multitudinarias.

Cristina Estévez, de UGT, realizando unas declaraciones sobre los datos de empleo de 2021.

Como resultado, el Gobierno ha detectado en los últimos días una ligera desaceleración en las afiliaciones, pero insiste en que no se ha alterado la tendencia de fondo del mercado laboral, al que ve rumbo a los 20 millones de afiliados en un año donde los fondos europeos seguirán llegando de Bruselas y los cuellos de botella que lastran la actividad podrían ir despejándose conforme pasen los meses.

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