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Internacional

El problema de la despoblación aprieta a Portugal

  • El Gobierno luso ha extendido las ayudas directas para los trabajadores públicos y privados que decidan instalarse en las zonas rurales del país

La alegría de Marta Ribeiro fue doble. Por un lado, había conseguido un trabajo como investigadora; por el otro, cumplía los requisitos para optar a las ayudas que el Gobierno portugués ofrece a los trabajadores que se muden al interior del país y desarrollen allí su actividad. Unos apoyos de hasta 4.827 euros que, en el caso de Ribeiro, le ayudaron a pagar los primeros meses de alquiler en su nuevo destino, Oliveira do Hospital, un término municipal de menos de 20.000 habitantes situado en el centro del país. 

“Me enteré de estos apoyos gracias a una compañera de trabajo, fue un proceso muy sencillo. Creo que es un buen incentivo para las personas que estén pensando en mudarse al interior, donde además hay más calidad de vida”, asegura Ribeiro, originaria de Guimarães, una ciudad de 146.000 habitantes en el norte del país.

Oliveira do Hospital es uno de los 257 municipios lusos que han perdido población en los últimos 10 años, según los resultados preliminares del censo de 2021. Son un 80% del total. Estos datos han confirmado la concentración de la población lEstados Unidos en los núcleos urbanos del litoral, donde se encuentran los pocos municipios que han conseguido aumentar su cifra de habitantes, sobre todo en el Algarve y en el área metropolitana de Lisboa.

Para tratar de combatir este problema, el Gobierno ha extendido hasta 2023 varias iniciativas que se suman a las ayudas directas que reciben los trabajadores y empresarios que, como Ribeiro, se instalen en el interior. Entre ellas, un programa que ofrece un complemento de hasta 105 euros mensuales y dos días festivos más al año a los funcionarios públicos que decidan abandonar la ciudad y desarrollar su trabajo a distancia desde las zonas rurales. El Ejecutivo ha instalado una red de espacios de coworking en la mayoría de los 88 municipios a los que estos trabajadores pueden trasladarse para facilitar su tarea.

Más incentivos

El alcalde de Oliveira do Hospital, Francisco José Rolo, celebra las medidas aprobadas por el Gobierno pero cree que es necesario ir más allá, a través de una política fiscal más atractiva tanto para las empresas como para los trabajadores que desarrollen su actividad en los municipios menos poblados. “Tenemos una falta de mano de obra en sectores como el turismo o la industria textil porque las empresas no pueden ofrecer salarios competitivos. Esta situación podría resolverse si estas compañías asentadas en el interior del país pagaran menos impuestos. El camino tiene que pasar por una discriminación positiva“, explica Rolo.

Otra estrategia pasa por atraer a trabajadores cualificados a través de la Escuela Superior de Tecnología y Gestión, instalada en el municipio, y del campus de investigación e innovación BLC3, una iniciativa sin ánimo de lucro que desarrolla proyectos punteros para fortalecer la economía de la región. Algo que, según su presidente, João Nunes, ha sido posible gracias a un cambio de mentalidad de las autoridades respecto al problema demográfico. “Apoyar y arriesgar en este tipo de proyectos es de gran ayuda. Tenemos que ser justos y reconocer que hace 10 años no existían este tipo de políticas“, asegura Nunes. Pero a pesar de estos avances, el problema poblacional está lejos de resolverse.

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Pérdida generalizada de población

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El profesor João Ferrão, investigador en Geografía Humana de la Universidad de Lisboa, considera que todavía es pronto para entrar a valorar si las ayudas directas del Gobierno son una buena estrategia para revertir la situación, pero sostiene que lo más importante es garantizar que las personas que se quedan en las zonas menos pobladas cuentan con los recursos suficientes para hacerlo. “La pérdida de población no es necesariamente un problema, siempre que no suponga un abandono total del territorio. Lo importante es que las personas que se quedan sean remuneradas por este servicio que prestan a todos, ya que al hacerlo aseguran la buena calidad del suelo y de los recursos naturales”.

Ferrão defiende que el problema de la despoblación tiene que ser afrontado desde distintas vertientes coordinadas, algo que por ahora no se ha hecho. Más allá de los apoyos directos, sigue siendo fundamental la prestación de servicios a distancia, la optimización de equipamientos e instalaciones municipales, una atención primaria capaz de desplazarse hasta los domicilios y las alianzas entre municipios para mejorar el transporte. “No hay soluciones milagrosas, pero hay formas de crear unas condiciones dignas que permitan lo que se conoce como ‘el derecho al lugar’”, sentencia.

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