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La cordobesa que lleva la manija de la política energética europea

Los niveles sin precedentes alcanzados por los precios de la energía en Europa han extremado la atención de los Gobiernos y de la Unión Europea, alarmados por el impacto en la inflación y la recuperación económica. La situación ha desencadenado una actividad frenética en el seno de la Comisión Europea para evaluar las perspectivas futuras y el diseño del mercado mayorista de la electricidad, puesto en cuestión por varios países miembros, entre ellos España, así como para frenar la escalada con las medidas apropiadas.

En medio de este maremágnum con tanta transcendencia política se encuentra, como directora de Política Energética en la Dirección General de Energía de la UE, Cristina Lobillo, una cordobesa que llevaba desde 2004 en las bambalinas de la Comisión Europea ocupando distintos cargos (fue jefa de Gabinete del comisario de Acción Climática y Energía, Miguel Arias Cañete, donde se familiarizó con la política energética, y anteriormente trabajó en las direcciones generales de Agricultura y Comercio). Desde junio de 2020 ocupa ese cargo, en el que se encarga de la coordinación de la política energética, lo que supone las relaciones con los Estados miembros, el parlamento y el Consejo; la evolución de los mercados de la energía; las relaciones internacionales y la unidad jurídica.

En condiciones normales, Lobillo habría hecho su labor sin tanta notoriedad, pero el aumento de los precios la ha puesto en primera línea de fuego. Le ha tocado lidiar con asuntos como la volatilidad del mercado, los problemas de abastecimiento, la inseguridad de suministro, la certificación del gasoducto ruso, el cierre del gasoducto entre Argelia y Marruecos… Un montón de obstáculos que se han agolpado en muy poco tiempo y forman parte de un discurso que es la realidad de un sector que pasa una de las crisis más severas por caEstados Unidos del precio del gas y las tensiones geopolíticas internacionales.

Se ha tenido que baquetear con los responsables de energía de todos los países de la unión, entre ellos el equipo de Teresa Ribera, vicepresidente tercera y ministra para la Transición Ecológica, que junto a Francia, Rumania, Grecia y Chequia han presentado un papel para reformar algunos artículos sobre el sistema de fijación de precios. En frente, se oponen otros 11, entre ellos Alemania, aunque ahora hay que ver si se producen cambios con el nuevo Gobierno. A Lobillo, en medio de la pelea, le toca templar gaitas y buscar la mejor solución. “La grandeza del proyecto europeo es que desde Bruselas podemos ayudar a buscar una solución, a marcar la senda de un trabajo continuo de los 27 estados miembros y la transición energética es el camino para trazar los objetivos de descarbonización”, sostiene.

En efecto, su mandamiento pasa por el consenso. De momento, el diagnóstico de los motivos que han llevado al actual encarecimiento de la energía: el aumento de la demanda, el incremento del precio del gas en los mercados globales y el del CO2. Todo se amalgama en un contexto de dependencia de la UE, que importa el 90% del gas que consume. Del total, el 40% corresponde a Rusia, que además ha reducido el flujo de sus gasoductos hacia Europa.

La solución que maneja la CE para por realizar compras conjuntas, establecer un almacenamiento obligatorio de la materia prima e intensificar la cooperación entre los países con acuerdos de solidaridad. Al mismo tiempo, potenciar la incorporación de energía renovable, en línea con las previsiones de la UE. “En la medida en la que esta fuente de energía y de otros combustibles fósiles sea menor y en la medida en la que podamos incrementar el porcentaje de energía renovable que producimos y consumimos, estaremos en una situación de menor volatilidad de los precios”, ha manifestado Lobillo en sus intervenciones. Es decir, a más renovables, menos dependencia.

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En ese sentido, espera el informe que encargó el pasado 13 de octubre a la Agencia de la UE para la Cooperación del Regulador de la Energía (ACER) para evaluar los beneficios e inconvenientes del actual mercado mayorista de electricidad y cuya entrega definitiva debe presentarse en abril de 2022. En el adelanto preliminar, de noviembre, aparecen algunos factores que explican determinantes como que los países con alta dependencia del gas están más expuestos a los altos precios y que no hay evidencias de manipulación de los mercados. Asimismo, observa cómo el cambio hacia una fijación de precios al contado del gas en Europa (en lugar de contratos a largo plazo) ha generado importantes beneficios durante la última década.

Lobillo se ha convertido en habitual en los foros y debates organizados en España. Sin embargo, entre la pandemia y la falta de tiempo ha tenido que atender la mayor parte de las invitaciones en remoto. La actividad que ha alcanzado la materia que lleva su cargo apenas le permite desarrollar sus aficiones: lectura, viajar por placer (es una apasionada del mundo asiático) y jugar al golf y hacer gimnasia. Tampoco puede escaparse a su Córdoba natal para estar con su familia como le gustaría o a Madrid a ver a sus amistades.

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