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Los impuestos y el bien común

Próximos a finalizar los trabajos del comité de expertos creado por el Ministerio de Hacienda para la reforma del sistema tributario y ante un probable ajuste fiscal en el medio plazo, tal vez sea útil profundizar en algunos aspectos menos presentes en los debates técnicos, para añadir reflexiones generales a veces marginadas por la urgencia de otras consideraciones.
Uno de ellos es la necesidad de poner en primer plano, como en cualquier instrumento de la intervención pública, la contribución de los impuestos al bien común. Sin un sistema de impuestos justo y suficiente para financiar los servicios y prestaciones públicas será difícil conseguir cotas altas de solidaridad y sociedades más cohesionadas. Los actuales Estados de bienestar, cada vez más erosionados, sólo pueden ser sostenibles con una financiación adecuada. Los ingresos procedentes de la recaudación tributaria pueden entenderse como el precio de la cohesión social y del sistema de bienestar.
La capacidad recaudatoria del sistema tributario ha ido reduciéndose, sin embargo, con el paso del tiempo y su ampliación resulta cada vez más difícil en un entorno crecientemente competitivo. Algunas muestras de esa dificultad son la reducción de la capacidad de gravamen de los actuales impuestos por las limitaciones para gravar los nuevos instrumentos financieros y las nuevas formas de comercio, la desregulación de la movilidad del capital o la deslocalización de las inversiones. El corolario ha sido la generalización de reformas que descansan en menores tipos impositivos y en impuestos duales que ofrecen un tratamiento diferenciado y más ventajoso a las rentas de capital que a las del trabajo, con la justificación de hacer frente a la competencia fiscal internacional.
A estas restricciones se añaden las críticas tradicionales centradas en los problemas de eficiencia ligados a las subidas de tipos impositivos, como la posible distorsión de los precios relativos de los bienes o la generación de desincentivos sobre la participación laboral y el ahorro. Pese a que la evidencia sobre el alcance de esas ineficiencias no es concluyente, estas ideas han moldeado las reformas tributarias de las últimas décadas.
En términos de la contribución al bien común, la cuestión más relevante es si esta se ha reducido al primar más las cuestiones ligadas a la eficiencia que a la redistribución. El FMI, por ejemplo, en su informe Growth-Friendly Fiscal Policy, recomendó explícitamente que, en los países ricos, dadas las dificultades para elevar los ingresos tributarios, se eliminaran lo que consideraba distorsiones fiscales. La mayoría de estas eran, precisamente, elementos de los impuestos que contribuyen a fomentar su progresividad, como, por ejemplo, las exenciones o los tipos reducidos del IVA.
Desde esa óptica se han hecho descansar cada vez más los sistemas en los impuestos sobre el consumo, menos distorsionantes del ahorro y de las decisiones de inversión, que han ganado peso respecto a los impuestos sobre la renta y las cotizaciones sociales, a los que se atribuyen efectos más adversos sobre el crecimiento económico. Esta orientación reduce la justicia de los impuestos, si estos se interpretan desde la óptica de la equidad y del principio de la capacidad de pago. Los impuestos sobre el consumo son mayoritariamente regresivos respecto a los ingresos, mientras que el impuesto sobre la renta es la principal fuente de progresividad de un sistema fiscal.
La creciente dificultad de los sistemas tributarios modernos para corregir la distribución de las rentas primarias ha pasado a ser un tema central en la explicación del crecimiento de la desigualdad en los países ricos. Eso no quiere decir que los sistemas tributarios no tengan un efecto progresivo sobre la distribución de la renta o que hayan dejado de ser uno de los principales instrumentos de corrección de la desigualdad. La literatura empírica comparada sigue mostrando una significativa relación entre los niveles de presión fiscal y la desigualdad y también subraya la importancia del equilibrio en la estructura de ingresos públicos (impuestos directos, indirectos y cotizaciones sociales) para explicar el mejor comportamiento de la desigualdad en algunos países. En el caso de España, los estudios comparados revelan que el principal problema del sistema fiscal para la redistribución no es tanto la falta de progresividad sino su reducido tamaño.
Es difícil pensar en un cuadro tributario socialmente aceptado sin dar respuesta también al reto pendiente de una tributación de la riqueza que supere los actuales problemas de bajos niveles de cumplimiento fiscal y amplias desigualdades territoriales. Buena parte de la desigualdad futura va a proceder más de las desigualdades de riqueza que de renta. Un sistema que no tenga en cuenta la distinta capacidad económica de quienes obtienen mayores ingresos patrimoniales difícilmente conseguirá un respaldo social suficiente. No obstante, la deriva del sistema fiscal, con una gradual concentración de los tributos en los objetos imponibles más fáciles de controlar, como las rentas del trabajo asalariado o el consumo, parece apuntar en sentido contrario.
Un sistema fiscal diseñado desde la idea del bien común tiene que ir más allá de la consideración de los impuestos como meros instrumentos para financiar los gastos públicos. Debería revisarse la tendencia general a los cambios en los tipos y apuntar hacia la ampliación de las bases impositivas, mejorar el tratamiento fiscal de los hogares con salarios bajos y avanzar en la moderación de algunos de sus elementos regresivos. La sociedad debe buscar acuerdos que fortalezcan la ética de los bienes públicos y discernir qué valores se quieren defender con el sistema impositivo. No se trata simplemente de conseguir mayores ingresos para atender las crecientes demandas de los ciudadanos, sino de encontrar la necesaria interacción entre los ingresos y los gastos para avanzar hacia una sociedad más inclusiva y eficiente.
Luis Ayala es catedrático de Economía en la UNED.
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La ‘4T’ entrega cuatro estados al narco
“El proceso ilegal de desafuero en mi contra traía un fin paralelo al de desacreditarme, el de mandarle un claro mensaje a la oposición de que iban a ir en contra de todos aquellos que enfrentaran al régimen y al sistema. Soy un perseguido político porque no quieren que llegue al 24″, y no, no me estoy refiriendo a lo que dijo AMLO (2004-2005) en su desafuero, sino a lo que me dijo en entrevista en exclusiva el exgobernador Cabeza de Vaca.
Tras haber ido a la conferencia de prensa donde sus abogados, liderados por “el fiscal de hierro”, Javier Coello Trejo, nos dijeron que, desde 2020, hubo una conspiración a la mala para remover a Cabeza de Vaca como gobernador y entregarle el estado de Tamaulipas al crimen organizado, y que lo hicieron desde las más altas esferas de la ‘4T’, por lo que han denunciado tanto al hoy gobernador, Américo Villarreal, como a Santiago Nieto, como director de la UIF, me di a la tarea de buscarlo para entrevistarlo y tener su versión.
“Hoy mis abogados demostraron con pruebas que llevaron a cabo en mi contra un proceso jamás antes visto en la historia de este país. Queda ya demostrado que engañaron no solamente a la Comisión Instructora, a la Cámara de Diputados, a la FGR y al mismo Presidente de la República”.
LM: ¿La persecución política es consecuencia de ser uno de los fundadores de la Alianza Federalista?
FGCV: Esto inició en 2020 y tenía una jugada de varias bandas, que era afectar directamente a la oposición en 2021 y apoderarse muy especialmente de un estado, que no es cualquier estado. Sin menospreciar al resto de los estados fronterizos, es el estado fronterizo más importante de este país. Cuenta con 17 cruces fronterizos, con cinco aeropuertos internacionales, tres puertos marítimos; más de 40% del comercio que se da entre México y Estados Unidos pasa por territorio tamaulipeco y es aquí donde veo una clara intención de apoderarse del estado y entregárselo al crimen organizado.
LM: ¿A algún cártel en particular?
FGCV: Ahí están las declaraciones de Nohemí Estrella Leal, colaboradora de campaña de Américo Villarreal, quien dijo “que él pactó con todos los cárteles”.
Pero aquí vale la pena resaltar que la persecución emprendida en mi contra por Santiago Nieto, confabulado con Américo Villarreal, también tuvo repercusiones en otros estados.
Hay que recordar que hubo elecciones a gobernador en otros estados, donde Américo Villarreal participó y llevó a Sergio Carmona para financiar las campañas.
LM: ¿A cuáles?
FGCV: Sinaloa, Nayarit, Michoacán, son los tres que tenemos conocimiento, que visitó y que llevó a Sergio Carmona, y quien pagó la campaña a la presidencia del partido por Morena fue precisamente a Mario Delgado.
Hay investigaciones en México y Estado Unidos que están en curso, de los vínculos que tuvo Mario Delgado, Américo Villarreal, Sergio Carmona y, por supuesto, Santiago Nieto, con estos grupos criminales que financiaron campañas políticas.
LM: ¿Cuál va a ser la reacción? ¿Van a actuar de la misma manera que actuaron contra mi persona cuando no había elementos?
FGCV- Además de las denuncias de mis abogados, están las del PRI, PAN y PRD, que presentaron en tiempo y forma, por el caso Carmona. También la que interpuso Acción Nacional.
Y te doy una tercera, que acertadamente mencionó don Javier Coello, que tiene que ver con la participación o desaparición de dos marinos, y un presunto narcotraficante conocido como el Jerry. Ha habido cero interés de la autoridad de investigar su paradero y la relación que tenían, que tienen, con Américo Villarreal y con el senador Narro.
¿Por qué callar ese tema? Tampoco han investigado nada sobre el asesinato de Sergio Carmona en San Pedro Garza García. De hecho, su propio contrincante, Porfirio Muñoz Ledo, hizo denuncias públicas por financiamiento ilícito de Mario Delgado.
LM: ¿Tienes o tuviste que ver con el narco?
FGCV: Mi trayectoria habla por sí sola, soy de los pocos gobernadores de la historia de este país que ha enfrentado con firmeza y determinación a los grupos criminales. Hicimos una limpieza y un trabajo en conjunto con siete agencias de Estados Unidos para combatirlo. A los gobiernos se les debe evaluar con base en resultados y yo recibí un estado siendo el tercero más peligroso y lo entregué siendo el sexto menos peligroso, y no lo digo yo, ahí están los números del propio gobierno.
Yo no me doblo, yo no me vendo. Hicieron hasta lo imposible por frenarme, me sacaron órdenes de aprehensión, todo un operativo no solamente mediático, sino también utilizando las instituciones para ir contra mí.
No solamente concluí mi mandato, sino que ahora voy a buscar la candidatura a la Presidencia de la República.
LM: ¿Cómo puedes soñar con ser presidente si hoy no te presentaste con tus abogados?
FGCV: Porque ellos mismos me aconsejaron que hasta que no terminemos todo el proceso, pues estamos enfrentando a un gobierno autoritario. ¿Cómo voy a presentarme? No les voy a dar el gusto, si no soy nuevo en esto. ¿Para qué? ¿Para que me fabriquen algo? No, lo voy a hacer cuando termine todo el proceso, desde ahorita ya estoy trabajando con mis estructuras y con mucha gente que me ha manifestado su apoyo de muchas partes del país.
No aspiro a ser candidato, sino a ser presidente de la República, y para ello se requiere unir no solamente a las fuerzas políticas, sino ganarme la confianza de todas aquellas personas que hoy en día están conscientes de que México va por muy mal camino, que se le tiene que dar rumbo y dirección.
La lucha electoral en 2024 no es una lucha entre pobres y ricos, ni entre personas educadas y no educadas, ni será una elección ideológica entre partidos de izquierda y derecha. Será una lucha entre dictadura y democracia.
LM: ¿Ya hablaste con el presidente del partido, con Marko Cortés o con alguien de la alianza?
FGCV: Por supuesto, y tengo su aval. Ellos saben de mi participación y me dijeron que para adelante.
LM: ¿Crees que te va a dar tiempo? El sistema judicial de nuestro país ni es pronto ni es expedito.
FGCV: Eso es lo que se va a poner a prueba, que sea pronto y expedito, porque los tiempos… apremian para permitir a un aspirante, que el mismo gobierno trató de meter a la cárcel, de frenar, tenga la oportunidad de poder enfrentarlos y poder ser una opción más para sacar adelante a México…
LM: ¿Tienes miedo?
FGCV: Mucho, soy ser humano igual que cualquiera, pero no miedo de que me pase algo, no tengo miedo, tengo pavor de que siga mi país como va, sin rumbo, sin dirección; tengo pavor de que el día de mañana las futuras generaciones nos reclamen por no haber actuado a tiempo; tengo pavor de que se instaure una dictadura, y tengo pavor de que se siga generando la violencia y que sea el crimen organizado quien gobierne a México, ese es el verdadero pavor que tengo, no miedo en que me pase algo.
Soy un perseguido político. Ponerme de ejemplo les funcionó, se disolvió la alianza federalista. Muchos entregaron sus estados, otros se fueron de embajadores. Yo sí di la pelea hasta el último momento y la voy a seguir dando.
LM: ¿Desviaste un peso del erario?
FGCV: Cero centavos. Mi gobierno se caracterizó por ser el gobierno en la historia de Tamaulipas con mejor rendición de cuentas, una transparencia absoluta. Además, he presentado mi 3de3 y, casualmente, vemos a los nuevos gobernadores que no quieren declarar absolutamente nada. Yo sí puedo decirles de dónde viene mi patrimonio y demostrar que jamás se desvió un solo centavo del erario. A los políticos no les gusta que nos comparen, pero yo digo, compárenme y verán.
LM: Tus abogados mostraron un WhatsApp en el cual supuestamente Santiago Nieto te escribió: “Yo hice lo que el gobierno me pidió que hiciera”. ¿Quién fue?
FJCV: Que Santiago comparezca y lo diga.
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Genera IA primeras controversias sobre autoría

Autor es la persona física que ha creado una obra literaria y artística.
Artículo 12 de la Ley Federal del Derecho de Autor.
La explosión que en los últimos meses protagoniza la Inteligencia Artificial –y en particular el ChatGPT–, está impactando en diferentes formas y niveles. La disrupción que representa que cualquier persona pueda interactuar gratuitamente con esta herramienta ha bajado las cosas de la ficción a la realidad.
Esta revolución tecnológica actualiza las amenazas y extraordinarias oportunidades sobre las que hace un par de años solo se especulaba. El futuro ha sido ya inaugurado y quienes vislumbran la radicalidad de estos hechos ubican su trascendencia a la par de la invención de la imprenta o del propio internet.
Entre los dilemas que esta nueva realidad plantea, es necesario revisar los postulados que han sostenido el sistema jurídico de Propiedad Intelectual desde su invención. En toda creación susceptible de protección por derechos de autor, o en toda invención patentable, la figura de la persona física ha sido un elemento de presencia constante. En el fondo de esta exigencia está el más obvio reconocimiento de la histórica y aplastante verdad de que sólo los humanos poseemos el genio creativo. El autor, se dice, inunda con su impronta la obra creada, misma que forma parte desde ese momento de su personalísima esfera jurídica.
Un primer pronunciamiento que se ha emitido sobre una obra presentada a registro ante la oficina de Copyright de los Estados Unidos ha encendido la polémica. “Mientras no exista una contribución humana a la producción de una obra, no se le pueden reconocer derechos de autor”, ha dicho la autoridad. La primera pregunta que se plantea atiende a si la naturaleza de la obra creada por IA es susceptible de protección, y de ser positiva la respuesta, a quien corresponden los derechos.
En los casos, por ejemplo, de imágenes producidas por IA generativa, la oficina de Copyright ha manifestado que sólo es protegible lo que quien solicita la obra agrega a esta para finalizarla. Un precedente ya documentado de una negativa a otorgar protección se dio en el caso de la imagen titulada A Recent Entrance to Paradise, por haber sido creada sin intervención humana. ¿El autor es el colectivo que creó el algoritmo? ¿O la máquina empleada en la producción? ¿O los autores de los miles de imágenes usadas como insumo para ser mezcladas para la producción final? ¿O quien ha ordenado la creación de la obra?
De momento, en lo que el mundo pone en marcha la maquinaria para llegar a acuerdos preliminares para estas interrogantes, la propia OPENAI parece abrir el uso de sus resultados a manera de “licencia abierta” a los usuarios.
A pregunta expresa de mi parte ChatGPT me contestó: “Las respuestas proporcionadas por mí, como modelo de lenguaje, están disponibles públicamente y pueden ser utilizadas libremente, ya sea para uso personal o comercial. Sin embargo, ten en cuenta que algunas respuestas pueden estar protegidas por derechos de autor si fueron proporcionadas por un usuario específico y no por mí”.
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Gobierno totalitario y una oposición pusilánime

Cuando el gobierno de AMLO debería trabajar por resolver los problemas más acuciantes del país, se la pasa inventando realidades alternas, soltando fuegos pirotécnicos para distraer la atención del público y, sobre todo, en sembrar las bases para que avance el totalitarismo sobre la democracia.
Con niveles inéditos en inseguridad pública, inflación incontrolable, crisis económica, desabasto de medicamentos e insumos hospitalarios y migración desbordada, entre otros temas, en Palacio Nacional dedican buena parte de su tiempo en preparar las mañaneras y sus consecuencias, en vez de cerrar el sexenio decorosamente, aunque los macroindicadores sean negativos.
Al empecinarse en cooptar al árbitro electoral, es decir, al INE, para manejar los resultados de las elecciones del próximo año, deja al descubierto su talante antidemocrático, ya que pretende mantenerse en el poder, ya sea él mismo o a través de interpósita persona, más allá del 30 de septiembre del 2024.
Debe quedarle claro a sus opositores que por la vía institucional y democrática, no alcanzarán la alternancia política en los comicios presidenciales, a menos que desde ahora se apliquen al máximo en el Congreso y en todos los frentes, para frenar los intentos de plegar a los designios del jefe del Ejecutivo federal a las autoridades electorales.
AMLO no piensa entregar el poder por las buenas y por ello se aboca a impulsar su reforma electoral, en sus tres modalidades, aunque el plan A y el B resultaron ser un fracaso, ahora está caminando el plan C con el arribo de cuatrotetistas al Consejo General del Instituto Nacional Electoral.
Es ahora o nunca cuando el bloque opositor en el Congreso debe desplegar todas sus capacidades para impedir el agandalle de Morena y rémoras en imponer a un cuarteto de incondicionales en el máximo órgano de dirección del INE.
Tanto Marko Cortés, del PAN, como Jesús Zambrano, del PRD, deben validar sus liderazgos al interior de los partidos políticos que presiden para consolidarse como una oposición real y de auténtico contrapeso al oficialismo.
Los grupos parlamentarios de estos partidos políticos han estado a la altura de las circunstancias, al igual que Movimiento Ciudadano, cuya franquicia la tiene Dante Delgado, y en el caso de la Cámara alta, el grupo plural.
Dejamos afuera de esta ecuación a Alejandro Moreno, del PRI, que lejos de convertirse en un activo para ese partido, ha resultado todo un lastre que arrastra a los tricolores hacia la pérdida de su registro, luego de que pierdan el Estado de México, su principal bastión.
Con una estela de derrotas en todas las elecciones en donde ha participado Alito, como presidente del Revolucionario Institucional (a excepción de Durango); sus correligionarios e incondicionales no alcanzan a comprender el daño irreversible que ha causado al PRI.
La última escaramuza ocurrida en el Senado, en donde la mayoría de los senadores de ese partido quitaron a Miguel Ángel Osorio Chong como su coordinador, habla de la torpeza y la visión convenenciera que tienen por defender sus “huesos”.
Ni siquiera la senadora Beatriz Paredes alcanzó a vislumbrar el daño que ocasionó al partido político de sus amores al plegarse a la voluntad de Alejandro Moreno.
Mientras que el presidente se aboca con toda la fuerza del Estado a establecer todo el entramado legal e institucional para no entregar el poder a la oposición, ésta se la pasa perdiendo en tiempo en luchas intestinas y en satisfacer egos partidistas, en lugar de construir la candidatura de un candidato único.
Si México tiene el peor gobierno en el peor momento, también hay que decirlo, tiene a un remedo de oposición y ello de ninguna manera abona a rescatar al país agobiado por el crimen organizado y por la sistemática violación al orden constitucional.
La participación activa de la sociedad civil es la fuerza real que podrá impedir que avance la dictadura. La marcha del 13 de noviembre del año pasado y la megaconcentración ocurrida el 26 de febrero de este año en más de 120 ciudades de México y en el extranjero, cargó sobre sus hombros a los partidos políticos de oposición, sin embargo, estos todavía no dimensionan el hecho de que, si no se comportan a la altura de las circunstancias, el castigo será terrible en las urnas.
Tenemos una oposición medrosa y pusilánime y, salvo honrosas excepciones, no muestra la capacidad creativa ni de movilización para oponerse al totalitarismo.
La otra semana será definitiva en el Congreso para que se impida que entre en función el plan C de López Obrador, si ello no se alcanza, entonces, ya con el caballo de Troya al interior del castillo de la democracia, pues habrá poco qué hacer cuando, por fin, el presidente se apropie del Consejo General del INE.
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La demagogia respecto a los ‘sueldos elevadísimos’

Periodista mexicano especializado en asuntos internacionales
Los supuestos “sueldos elevadísimos” de un grupo de funcionarios públicos, que trabajan en el INE o en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), se han convertido en el principal eje demagógico de AMLO y de sus ideólogos, voceros, miembros del partido y legisladores de Morena.
En el fondo, ellos y ellas también andan en busca de un buen ingreso. Criticar lo que critica el presidente se ha convertido en el deporte favorito de esa clase política, porque sólo así serán incluidos en la estructura de gobierno o de poder. Les permitirá reciclarse, permanecer subidos en el presupuesto público, y por supuesto, seguir ganando bien. Hay familias enteras en la estructura de gobierno, amigos y amigas de AMLO, que no dejan de cobrar.
AMLO ha lanzado esa estrategia discursiva, poco creíble, cuando al mismo tiempo su séquito ostenta una vida lujosa, conquistada a partir del arte de escalar, horizontal y verticalmente, puestos dentro del Estado mexicano; o bien, ser beneficiados con jugosos contratos, incluso aunque carezcan de capacidades. Para muchos de ellos, el salario es lo de menos, mientras sean los elegidos para hacer otros business.
No obstante, el discurso contra los “sueldos elevadísimos” ha sido muy eficiente para convencer a millones de personas, sobre todo a los más pobres, de que existe una oligarquía conservadora que se ha adueñado de las instituciones del país. Paradójicamente, en este sexenio, la pobreza se ha incrementado al sumar 4 millones de mexicanos más.
Bajar salarios en el INE o en otra instancia, no significa que habrá desarrollo en el país, al contrario, impacta negativamente en la selectividad de los puestos gerenciales, a partir de la óptima profesionalización y experiencia de quienes los dirigen. De esta forma, mientras AMLO critica en su discurso diario los “sueldos elevadísimos” de funcionarios públicos, antagónicos a sus pretensiones, también sirve para ocultar sus pocos esfuerzos en frenar la corrupción e impunidad, pongamos como ejemplo lo que sucede en Segalmex, uno de sus proyectos estrella.
Un “sueldo elevadísimo” (¿cuánto es un sueldo elevadísimo y cuánto no?) por sí mismo no debe ser una ofensa, ni mucho menos una estigmatización o ser merecedor a una persecución; sí lo es cuando se obtienen ganancias alternas porque los servidores públicos incurren en actos de corrupción, o porque obtienen sobornos o prebendas por ser cercanos al poder. Por cierto, hay muchos casos así en la actual administración.
Pongamos, por ejemplo, los negocios en el sector salud del exdelegado federal en Jalisco, Carlos Lomelí; o bien, los contratos que celebró el hijo de Manuel Bartlett con el IMSS para adquirir 20 ventiladores para pacientes con Covid, por un valor de 1.5 millones de pesos cada uno. No se digan las adjudicaciones directas, donde casi el 80 por ciento se han realizado de esa forma, a pesar de que el Plan Nacional de Desarrollo establece que las adjudicaciones directas estarían prohibidas durante el actual sexenio.
La narrativa de AMLO, entre ricos y pobres, donde los primeros son los malos, le ha permitido iniciar campañas de desprestigio contra instituciones que le han sido incómodas para sus objetivos, regidos por una visión unipersonal donde no acepta contrapesos y mucho menos críticas.
Por eso, las acusaciones contra los salarios de los consejeros del INE y los ministros de la SCJN han sido un medio para llegar a su fin, es decir, transformar diversas instituciones a su conveniencia. AMLO se ha obsesionado en modificar las reglas del juego electorales sin consenso, consulta, ni negociación. Primero quiso imponer su plan “A”, luego el “B”, hasta quedarse con las manos vacías.
No entendió que su gobierno cuenta con poderes y contrapesos, incluida la sociedad. Pero como no acepta errores y derrotas, regresa a su efectivo discurso incendiario culpando a los demás, y al mismo tiempo, amalgamando a su base de apoyo.
Peor en democracia, no hay mayor beneficio que cuando las decisiones de Estado son consensuadas por los diversos actores. Pongamos como ejemplos lo que sucede en Francia con la imposición unilateral de la reforma de pensiones y jubilaciones; o en Israel, con la reforma al Poder Judicial, que sin consensos, la gente se ha volcado a las calles de ambos países, en el primero contra el presidente Emmanuel Macron y en el segundo, contra el primer ministro, Benjamín Netanyahu.
Las pretensiones centrales de AMLO en reformar al INE, no son bajar los “sueldos elevadísimos”, sino debilitar la estructura operativa y profesional del Instituto para que sea la creciente estructura de Morena, la que opere las elecciones y asegure triunfos repetidamente.
El presidente, en lugar de fortalecer la estructura del INE con independencia, profesionalización, arraigo en los estados y municipios, se ha propuesto todo lo contrario, debilitarla. Que le pregunte a Manuel Bartlett, experto en el tema, sobre la importancia de un INE fuerte, precisamente para no manipular los resultados.
Por eso, mientras los mercachifles de la política se reparten jugosos presupuestos a mansalva y sin pudor, y juegan a la moral y ética de la 4T al criticar los “salarios elevadísimos”, sería oportuno que, primero, revisen sus bolsillos y dejen de debilitar la democracia mexicana.
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AMLO, errores innecesarios

En Tabasco, AMLO ganó simpatías por ser el único que hace años acusó públicamente de corrupto a un gobernador de ese estado. Esa posición le ganó el apoyo de la mayoría de los tabasqueños y de los medios de comunicación.
Su puesto de Jefe de Gobierno en la Ciudad de México, con personas capaces, como su Secretario de Hacienda, Urzúa, lo ayudaron a lograr un buen gobierno.
Después se lanza como candidato a la presidencia y gana. Confirma como Secretario de Hacienda a Urzúa y pone de jefe de su gabinete a un empresario, quien presiona a Urzúa para colocar a un amigo como subsecretario de Hacienda. Se pelean y los dos salen del gobierno de AMLO.
Un empresario, contratista, desde que AMLO dirigía la Ciudad de México, le recomendó clausurar Texcoco. Ese empresario concursó para su construcción, pero perdió. Entonces convenció a AMLO que era mejor ampliar Santa Lucía que terminar Texcoco, pensando en que AMLO le daría el contrato para la ampliación de Santa Lucía.
El abandono de Texcoco fue el primer gran error de AMLO, que implicó miles de millones de pesos tirados a la basura.
Pierde Morena dos delegaciones en la CDMX, y AMLO culpa a la clase media, que son 44 millones en el país. Los acusa de “aspiracionistas”. Error de AMLO pelearse con la clase media.
Un ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Javier Laynez, admitió la petición del INE para calificar como inconstitucional el Plan B, cuyo objetivo principal es terminar con su autonomía. El Ministro, en una decisión que demuestra que todavía hay un Poder Judicial Independiente, suspendió por tiempo indefinido el plan del ejecutivo. Ante esa decisión, AMLO acusó al Poder Judicial de ser parte de la mafia en el poder, a los jueces de recibir altos sueldos y de conservadores. Error de AMLO: pelearse con el Poder Judicial.
AMLO decide edificar una refinería en Dos Bocas. El director del Instituto Mexicano del Petróleo le advirtió que ese lugar no era recomendable, ni técnica ni financieramente, para una refinería. Los servidores de AMLO, más que colaboradores, lo corrieron por contradecir al presidente. Otro error de AMLO.
Esos son algunos de los errores innecesarios que le ganaron la antipatía de importantes sectores e instituciones en México.