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Opinión

Mundo rico, gente pobre

El análisis ha identificado que, del año 2000 al 2020, la gente ha asegurado su patrimonio neto en función de la compra de activos como tierras, hogars, edificio e infraestructura, que han ganado valor a lo largo del tiempo, pero no representa una productividad en dinero ligado al desarrollo económico para un incremento del PIB, solo han sido una forma de ahorrar de forma indirecta, cuya rentabilidad ha disminuido al incrementar los costos en su mantenimiento, operación y, sobre el todo, en la contracción del poder adquisitivo de cada persona, al no poder pagar el valor de la renta en función del valor de la hogar. Esto afecta de igual forma en la compras de hogars nuevas.

Los activos como hogars, edificios e infraestructura han sido el soporte para el incremento del patrimonio neto, pero estos no ayudan a tener un flujo de dinero cíclico incremental constante de largo plazo. Solo ayudan al poder adquisitivo al tener un soporte ante cualquier problema de una crisis financiera individual o grupal, los cuales tienen un alto riesgo, derivado de que pueden perder ante cualquier degradación monetaria y/o un incremento de inflación de su valor tasado de un avalúo. Hoy existe en algunas economías un incremento de inopia derivado de la contracción económica y esto deriva en limitaciones para tener activos por las personas, las empresas o los gobiernos.

Países como Japón han apostado a la productividad en el sistema financiero, al enfatizar en tener una revalorización de sus activos en la manufactura, al actualizar, mejorar o tener una mayor cantidad de activos intangibles. Estados Unidos con el plan de infraestructura, y de mejores empleos, dejará a un lado la concentración de activos de hogares y tierra para agrupar en el cambio la forma de incrementar la riqueza a la par del PIB, al invertir en mejorar la cadena de producción, como la manufactura en carros eléctricos, infraestructura carretera e innovación en energías más asequibles a la población.

Además, deja abierta la decisión propia para que los países deban coordinarse entre los hogares, gobierno, sector financiero y el sistema, en poder incrementar la riqueza como una función de la ecuación para entender cómo lograr una mayor productividad, derivada de una cadena sostenida de crecimiento del desarrollo económico, al mejorar el poder adquisitivo de las personas y ligadas a adquirir inversiones en activos, que den rendimientos en un menor plazo; y que los pasivos puedan ser pagados en el menor tiempo.

El dinero que no circule para una productividad no generará un incremento en el PIB y tendremos activos con alto valor, que nadie podrá comprar al no tener el dinero por parte del mercado.

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Recuerda, si tienes una hipoteca o un crédito de un activo, no significa que es tuyo, es parte de tu patrimonio neto actual, pero al pagar en el futuro podría ser parte de una amortización para crecer para tus generaciones. Ahora debemos preguntarnos, ¿el salario que tengo me ayuda a tener un patrimonio real o solo son activos que se deprecian con el tiempo y pierden valor? ¿Qué tipo de activo debo comprar para no perder riqueza?

El mundo cambiará de paradigma, cambiará a uno que considere activos tangibles e incluya todo lo que no es palpable a los cinco sentidos del ser humano, a lo cual estaba acostumbrado para ponerle valor. Ahora hay que entender que la riqueza depende del activo que tengas, en cómo lo vuelves productivo, y esto ayudará a incrementar el PIB de un país. No hacerlo significa un atraso en el mediano plazo, ahora que todo mundo comenzará de cero después de la pandemia.

Nota del editor: Ramses Pech es analista de la industria de energía y economía. Es socio de Caraiva y Asociados-León & Pech Architects. Síguelo en Twitter y/o en LinkedIn . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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