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Internacional

Bianca Jagger: “Daniel Ortega es un traidor de la revolución”

La defensora de derechos humanos nicaragüense Bianca Jagger aparece al otro lado de la pantalla con la bandera de Nicaragua de fondo. Es toda una declaración de intenciones, porque el régimen que lidera Daniel Ortega ha criminalizado las protestas y toda aquella persona que se manifieste en el país centroamericano con los colores azul y blanco patrios puede ser considerada disidente y por lo tanto apresada. Así ha pasado desde junio con decenas de nicaragüenses que han expresado su repudio al régimen, incluyendo siete aspirantes a la presidencia por parte de la oposición.

Jagger (Managua, 76 años) no esconde su disgusto frente a lo que considera una “tiranía”. Ella denunció las arbitrariedades de la dinastía de Somoza, apoyó la revolución sandinista, criticó a Estados Unidos por la política intervencionista en los ochenta contra Nicaragua y ahora se enfrenta a los desmanes de Ortega. En 2005 estableció la Fundación Bianca Jagger Pro Defensa de los Derechos Humanos (BJHRF), organización que se dedica, entre otras cosas, a la protección del medio ambiente. En 2003 fue nombrada embajadora del Consejo Europeo para la Abolición de la Pena de Muerte.

Jagger mantiene durante estos días una apretada agenda de entrevistas y actividades en las que no se corta en sus críticas al viejo guerrillero sandinista. Desde Londres, donde vive, hace un llamado a los nicaragüenses a no participar en lo que llama una farsa: las elecciones presidenciales del domingo, en las que Ortega logrará su tercer mandado consecutivo. A Ortega lo critica con dureza y lo califica de “traidor”. “¿Qué es lo que le diría yo a Daniel Ortega ahora? Que es un ser vil y criminal, un dictador criminal”, afirma.

Pregunta. Usted participó en 2018 en la llamada Marcha de las Madres, en Managua, una manifestación que fue violentamente reprimida por el régimen de Ortega. ¿Cómo fue esa experiencia?

Respuesta. Había llegado a Nicaragua nuevamente en mayo para apoyar un reporte de Amnistía Internacional sobre las violaciones a los derechos humanos. Los francotiradores comenzaron a atacarnos y un joven, Levis Rugama, me logró sacar de allí. Yo he sido testigo de las atrocidades cometidas por el régimen de Ortega. He visto cuando se ordena atacar a los participantes de una marcha pacífica, en la que había familias enteras, ancianos, niños. Ese día hubo 19 muertos y 285 personas heridas.

P. ¿Qué pensó en ese momento tan crítico?

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R. Ese fue un ataque muy violento y para muchas personas inesperado. Pero, para decirte la verdad, yo lo esperaba. Tenía un gran temor de que Ortega nos atacara. Le había preguntado a un amigo el día anterior si él creía que iban a atacar a los participantes y me mencionó: ‘No lo creo. Ortega a veces Estados Unidos el el garrote y otras la zanahoria. No creo que mañana ataque una marcha con miles de personas’. Ese día hice una entrevista con Christiane Amanpour y ella me preguntó si tenía temor y le dije que si alguien dice que no tiene temor en circunstancias como esas está loco.

P. A partir de esa manifestación se consolidó el movimiento de madres nicaragüenses que exigen el esclarecimiento del asesinato de sus hijos. Usted ha estado muy involucrada con ellas. ¿Qué representa para usted trabajar con mujeres que han perdido a sus hijos por pedir libertad en Nicaragua?

R. Ha sido muy conmovedor escuchar sus relatos. Tengo una gran admiración por el coraje y la valentía de esas mujeres que siguen luchando y que siguen denunciando los crímenes contra sus hijos, a pesar de toda la persecución que han sufrido de parte del régimen.

P: El Congreso de Estados Unidos recién aprobó una ley que permite al presidente Biden ampliar la presión al régimen. ¿Considera que estas sanciones pueden hacer que Ortega dé un giro en Nicaragua?

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R. Creo que esta Ley Renacer es una luz al final del túnel. Es una luz de esperanza. Que haya sido aprobada de forma bipartidista dice mucho. Ahora permite al Gobierno estadounidense suspender a Nicaragua del Tratado de Libre Comercio Cafta, además de revisar los acuerdos con el Banco del mundo y el FMI.

P: Pero esas sanciones también pueden impactar negativamente a los nicaragüenses.

R. Mire, ha sido para mí muy importante sopesar los pro y los contra. Es cierto que podrían afectar a los nicaragüenses, pero lo que tenemos que tener claro es que el pueblo de Nicaragua está viviendo bajo un estado de terror, es un rehén del régimen Ortega-Murillo. La inopia se ha incrementado, la represión brutal está haciendo que los nicaragüenses huyan del país. Lo que realmente necesitamos son herramientas para poder debilitar este régimen.

P: Usted vive en Europa, donde todavía hay muchas personas y movimientos de izquierda que piensan que en Nicaragua hay un gobierno revolucionario. Usted apoyó la revolución sandinista. ¿Qué le dice a esta gente de izquierda en Europa que todavía cree que Nicaragua hay una revolución?

R. Creo que cada día hay menos personas, aún de la izquierda recalcitrante, que creen en esa idea romántica de la revolución sandinista. Creo que una de las acciones de Daniel Ortega que no pueden entender ni aceptar es que el régimen haya secuestrado [encarcelado] a Dora María Téllez, a Hugo Torres, a Víctor Hugo Tinoco, líderes de la revolución sandinista. ¿Cómo pueden ellos creer que esto es una revolución de izquierda y al mismo tiempo aceptar que esos personajes icónicos estén hoy día encarcelados? Hay muchas acciones que le hace muy difícil a la izquierda europea seguir defendiendo a Ortega. Hablo de la brutal represión, el hecho de que hoy en día tengamos en la cárcel a 39 líderes opositores, incluyendo a siete candidatos a la presidencia, líderes estudiantiles, campesinos, periodistas, a mujeres. ¿Cómo pueden ellos defender esas acciones?

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P: Usted conoció a Ortega durante el gobierno revolucionario. Si lo tuviera en frente, ¿qué le diría?

R. En varias entrevistas me he dirigido directamente a la cámara y le he dicho: ‘Comandante, usted es un traidor de la revolución. ¿No le da vergüenza?’ Le he llamado vendepatria cuando reprimió la lucha de los campesinos contra el canal interoceánico, porque esa es otra traición, al vender nuestro patrimonio nacional a un individuo extranjero. ¿Qué es lo que le diría yo a Daniel Ortega ahora? Que es un ser vil y criminal, un dictador criminal. Estamos hablando de un hombre que ha sido un pedófilo. Una de las cosas que realmente fueron impactantes para mí y que me hicieron verdaderamente reconsiderar todo lo que había pensado anteriormente es el momento cuando supe que Ortega había violado a Zoilamérica Narváez.

P. Ya que menciona el caso de Zoilamérica, ¿cómo valora el papel de Rosario Murillo, la madre?

R. Vergonzoso y atroz. De parte de los dos, Ortega y Murillo. No soy partidaria de aquellos que quieren acusa a Rosario Murillo de todo. Es posible que sea un personaje diabólico, pero en realidad ambos son personajes perversos y criminales. Es cierto que ella tiene una enorme influencia sobre Daniel Ortega, pero a él no lo podemos excusa y tratar de acusa solo a Rosario Murillo de ser la responsable de las atrocidades que se están cometiendo en Nicaragua.

P: Hay quienes dicen que este nuevo régimen es peor que la dinastía de Somoza. ¿Comparte esa opinión?

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R. La comparto y no estoy buscando excEstados Unidoss para defender a la dinastía de Somoza. En Nicaragua hubo una revolución armada contra un dictador, pero hoy día lo que hay es un movimiento pacífico, una resistencia pacífica. Aquí no tenemos armas. ¡Y los están masacrando! El hecho de que el Ministerio de Salud le prohíba a los médicos darle asistencia a los estudiantes heridos en las protestas, que murieron en las puertas de los hospitales, es brutal. Hay 328 asesinados. Han sido catalogados como crímenes de lesa humanidad.

P. Ortega se reelige el próximo domingo. ¿Qué opciones le quedan a los nicaragüenses?

R. Le hago un llamado a los nicaragüenses a que no voten, a que no salgan de su hogar, porque este proceso lectoral es una farsa y no deben ser cómplices de esa burla de Ortega.

P. ¿Qué opciones quedan?

R: Es muy fácil decir esto desde fuera, pero hay que seguir resistiendo. Es muy difícil la situación en Nicaragua. La persecución, la perversión, la crueldad. Pero siempre me digo que las las dictaduras no son eternas, que todos tienen un fin y que el régimen sanguinario de Daniel Ortega y Rosario Murillo también tendrá el suyo.

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Nacional

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