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Internacional

Ortega agudiza la represión en Nicaragua en plena campaña electoral

  • El arresto de los líderes de la patronal agudiza las tensiones de cara a unos comicios con siete precandidatos también detenidos

  • La OEA acaba de pedir la presencia de observadores internacionales en una elección en la que Daniel Ortega compite contra sí mismo

La “traición a la patria” se ha convertido en un delito tan recurrente en Nicaragua que siete precandidatos a la presidencia en las elecciones del 7 de noviembre se encuentran fuera de carrera. La acEstados Unidosción se formula con tanta facilidad que ha caído en las últimas horas sobre las espaldas de Michael Healy y Álvaro Vargas, las principales autoridades del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep). Ambos fueron arrestados en la mañana del jueves por la policía en un procedimiento que se ha naturalizado a partir de 2018, cuando el país centroamericano fue escenario de un estallido social y una crisis política que se prolonga en el presente. Desde el comienzo de aquellas protestas, la Cosep rompió lazos con Daniel Ortega y Rosario Murillo, el matrimonio presidencial. Los arrestos de Healy y Vargas, bajo el cargo, también, de haber lavado dinero, otra de las muletillas de una justicia que es la prolongación del propio Gobierno, le añadieron una nueva cuota de tensión a la campaña electoral más anómala de las últimas décadas.

Ortega es favorito porque, en rigor, compite contra sí mismo, en nombre del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Ningún consultor por el momento contempla que pudiera perder frente a los candidatos de una serie de partidos tan menores como testimoniales como Alfredo Montiel, de la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), Mauricio Orúe Vásquez, del Partido Liberal Independiente (PLI), Walter Espinoza, del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), Guillermo Osorno, de Camino Cristiano Nicaragüense, ya Gerson Gutiérrez Gasparín, de la Alianza por la República (APRE).

La noticia de los nuevos arrestos puso en escena la tirantez que existe con la Cosep desde 2018 y el fracaso de secretas tratativas para lograr una tregua, de cara a los comicios. De hecho, Healy es la segunda autoridad de la patronal en ser detenida en menos de seis meses. Antes le tocó a José Adán Aguerri, quien había desempeñado un papel clave durante los años de concordia entre los empresarios y la dupla Ortega-Murillo.   “Estas acciones represivas del Gobierno evidencian un ataque directo al Consejo Superior de la Empresa Privada y sus principales dirigentes, lo cual no contribuye a la paz y a la seguridad que todos los ciudadanos anhelamos“, mencionó la Cosep. Los procedimientos judiciales, añadió, “violentan los derechos fundamentales establecidos en la Constitución Política de Nicaragua, y deben cesar a lo inmediato”.

Otro zarpazo de la dictadura cuyos atropellos y calumnias no se detienen hasta que las detengamos”, mencionó la escritora Gioconda Belli, quien, al igual que numerosos dirigentes históricos, protagonistas de la revolución de 1979, rompió con el sandinismo desde que ese partido se convirtió en un instrumento de la perpetuidad de Ortega.

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Elecciones cuestionadas

Los nuevos arrestos se conocieron pocas horas después de que una mayoría de 26 países del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobaran una resolución en la que demandaron al Gobierno nicaragüense que acepte la observación internacional de las elecciones. A su vez, se le reclamó “la liberación inmediata de los candidatos presidenciales y de los presos políticos”.

Humberto Ortega, hermano del presidente, ex comandante en jefe del Ejército Popular Sandinista y ex ministro de Defensa, viene haciendo este último pedido desde hace meses desde Costa Rica, donde reside. “La exigencia primordial de la Historia es la configuración total de la libertad, de la sociedad ideal humanista. Utopía aún lejana por el quebranto moral, ético, particularmente, al ejercerse el poder. Los pueblos luchan, triunfan, forjando los cambios progresistas, en la espiral ascendente de la Historia. Nosotros los nicaragüenses únicamente en plena libertad venceremos la inopia en paz”, aseguró en una columna de opinión publicada en la edición digital de La Prensa. Esa publicación ha dejado de circular en papel hace 70 días, cuando sus instalaciones fueron tomadas y la policía arrestó a su gerente general, Juan Lorenzo Holmann. Como parte del hostigamiento a los medios, también ha dejado de editarse El Nuevo Diario.

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Sergio Ramírez, quien se desempeñó como vicepresidente de Nicaragua durante la primera presidencia de Ortega y que ha tenido que marchar semanas atrás al exilio tras ser acusado también de “traición a la patria”, acaba de recordar que numerosos periodistas se encuentran entre los 150 prisioneros políticos que se encuentran entre rejas “sin juicio o sometidos a juicios amañados, sin el debido proceso, sin derecho a la defensa”. Todos ellos han sido “acusados de los mismos delitos prefabricados en serie”, recordó el narrador.

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