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Inyección de oxígeno para Paradores

Pedro Saura, presidente de Paradores de Turismo.
Pedro Saura, presidente de Paradores de Turismo.INMA FLORES / EL PAIS

Pedro Saura (Torre Pacheco, Murcia, 59 años), el nuevo presidente-consejero delegado de Paradores de Turismo de España desde el pasado mes de julio en sustitución de Óscar López — fichado como jefe del gabinete de Pedro Sánchez— no ha podido llegar en mejor momento. Con la pandemia azotando al sector turístico como al que más desde que irrumpió en nuestras vidas, la cadena hotelera pública ha registrado el mejor verano de su historia. Durante julio y agosto sus 98 establecimientos han estado ocupados al 85% de media, la cifra más alta de los últimos 15 años, con casi 307.000 habitaciones vendidas. Ni siquiera en 2006, antes de la Gran Recesión, o en 2017, ambos años de récord turístico en España, se habían alcanzado cotas tan elevadas de ocupación y ventas.

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En los dos meses de verano por excelencia, la cadena ha obtenido unos ingresos de 73 millones de euros, un 30% más que en 2020 y un 16% por encumbre de 2019, explica Pedro Saura, que habla de un agosto con el 90% vendido, el 95% durante los fines de semana. Los paradores que mejor se han comportado este verano (teniendo en cuenta que la ocupación ha sido muy alta en todos ellos, aclara) son los de Santiago de Compostela, La Granja de San Ildefonso, Cádiz, Aiguablava, Sigüenza, El Saler, Nerja y Ronda.

El ex secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda achaca estos resultados a tres razones: “Por un lado, Paradores ha apostado por un modelo turístico sostenible y de alto valor añadido; por otro, es consecuencia del eficaz proceso de vacunación que se ha seguido en nuestro país, y, en tercer lugar, porque somos una gran cadena hotelera en cuanto a seguridad sanitaria. De hecho, hemos sido reconocidos por el Instituto para la Calidad Turística Española como la primera certificada”.

Saura señala que los datos de septiembre también apuntan en positivo, las reservas crecen un 18%; aunque evita hacer un balance de los nueve primeros meses del año. “Los datos del último trimestre son muy importantes para nosotros”, dice. Sí indica que su objetivo es alcanzar un ebitda o resultado de explotación positivo en el ejercicio 2021.

La crisis del coronavirus ha hecho mella en la industria turística y Paradores no podía ser una excepción, aunque sus establecimientos no han permanecido cerrados este año ni su personal (más de 4.000 personas) en Erte como el resto del sector debido a su condición de empresa pública. En 2020 obtuvo unos ingresos de 128 millones frente a los 260 millones del año previo, y sus pérdidas sumaron la también histórica cifra de 63,9 millones de euros. El Estado tuvo que actuar para que la hotelera pudiese seguir sufragando sus costes e inyectó 30 millones de euros en diciembre de 2000.

Estrategia

Ahora, pese a que el verano haya sido bueno por el gran tirón de la demanda nacional que ha sorprendido a todo el sector, Paradores necesita una nueva aportación de oxígeno. La entidad ha solicitado otra ampliación de capital por valor de 23 millones de euros, “para asumir el mantenimiento del empleo y tener solidez económico-financiera”, sostiene el presidente de la compañía, que cree que será la última inyección del Estado, su único accionista a través de la Dirección General de Patrimonio. “Con la evolución de los ingresos será suficiente y, una vez que recuperemos la solidez, nuestra intención es volver a invertir a través de los fondos Next Generation o con fondos propios o una mezcla de ambos”, declara Saura.

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El primer ejecutivo de Paradores está trabajando en la elaboración del nuevo plan estratégico de la cadena pública nacida en 1928. Y tiene muy claro que sus objetivos son dos: “Hacer resiliente a Paradores ante futuros shocks como el del coronavirus y prepararlo para la mayor competencia nacional e internacional que se avecina”. Aunque Saura asegura que la hotelera ya forma parte del futuro del turismo, dado que su apuesta es de valor añadido, el viraje que está dando ahora la industria, su punto de mira es reforzar la estrategia de turismo sostenible.

Pendiente de varias aperturas que estaban en curso y se han ido retrasando por la pandemia, en Veruela (Zaragoza), Molina de Aragón (Guadalajara) e Ibiza, el presidente de Paradores asegura que trabajan en un plan de inversiones ante el ciclo expansivo de la economía: “Es prioritario para seguir siendo competitivos y resilientes, una vez que ya hemos mejorado nuestra rentabilidad”.

Paradores seguirá en pérdidas, pero rebajará sus números rojos en 2021, sostiene. Y sus ingresos “puede que se sitúen un 20% por debajo de los de 2019. Vamos a ver si este tercer trimestre podemos conseguir un ebitda positivo con una política comercial muy personalizada y dirigiéndonos a empresas con vistas a reuniones y eventos nacionales e internacionales, en mercados de Estados Unidos y Europa”, añade Saura, que indica además que durante el verano los precios de sus establecimientos se han mantenido, después de ofrecer importantes descuentos en la primera parte del año.

Y da otro mensaje más dirigido a los trabajadores de la compañía, que a menudo critican sus condiciones laborales, especialmente las salariales: “Lo primero es reconocer el trabajo de la plantilla durante este momento difícil que atraviesa el sector. Para una empresa pública que compite bien en el mercado, son muy importantes las condiciones laborales de sus empleados, que probablemente están por encumbre de la media del sector. Vamos a meter en el cuadro de mando de la compañía las condiciones laborales junto a los resultados económicos. Y ahora que hemos de negociar el convenio colectivo, nuestra aspiración es mejorar esas condiciones”.

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