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FC Barcelona – Bayern de Múnich, en directo online

El Barcelona cae en su estreno europeo, lo que no sucedía desde 1997, ante un Bayern muy superior en juego. El equipo de Koeman jugó atemorizado, más preocupado de protegerse que de atacar.
Varapalo en el estreno. Con la misma rapidez con que se produce la devastación del planeta o la rapidez con que sube la luz, el Barcelona encajó la primera derrota de la Champions nada más comenzar. Lo que antes sucedía en el último partido, y con todo el estrépito, ahora se ha producido en el debut. También con estrépito.
El Bayern disfrutó como si estuviera en el Allianz y el Barcelona pareció el Levante –por lo de los colores- de su más modesta época.
El resultado fue malo, pero no injusto, y cuesta escribirlo tratándose del Barcelona. Dejó certificada su degeneración en Europa, que no queda disimulada ni matizada porque los goles fueran producto de un rebote en Eric y dos rebotes de los postes. Eso fue la anécdota; lo malo es que pudieron ser más. Lo dramático es que el Bayern disfrutó como si estuviera en el Allianz y el Barcelona pareció el Levante –por lo de los colores- de su más modesta época.
El Barcelona no perdía un debut europeo desde 1997, con Louis van Gaal, en una insólita derrota en Newcastle (3-2). Hubo inventos aquella noche, como Albert Celades jugando de central. Ninguno hubo anoche. Koeman puso lo mejor que tiene en el campo, y eso no alcanzó para combatir al Bayern. Igual en diciembre, en la última jornada, es otra cosa.
Koeman volvió a la fórmula de los tres centrales porque le faltaban delanteros. Ni tres tenía para formar una tripleta, así que amontonó futbolistas detrás.
Un Barcelona acobardado
La incógnita de saber dónde estaba el Barcelona se disipó con crudeza. Sin ser el Bayern el mejor equipo de Europa –cayó en cuartos de final de la anterior edición y ni siquiera lidera la Bundesliga, sino que la domina el Wolfsburgo- la dimensión del cuadro alemán se agigantó ante un Barcelona encogido y acomplejado. La última vez había sufrido una ducha copiosa, y el histórico de resultados recordaba que solo se había ganado al once bávaro dos veces de once. Parecía justificado el tono con que se desplegó el Barcelona, diezmado con muchas bajas. Todas en la delantera. Faltaban los finalizadores. Y, aunque hubieran estado, no se habrían comido un rosco.
Volvió Koeman a la fórmula de los tres centrales porque le faltaban delanteros. Ni tres tenía para formar una tripleta, así que amontonó futbolistas detrás. También, claro, para protegerse del Bayern. Jugaron los azulgranas muy retrasados, con todo el peso en la popa, y las llegadas fueron inexistentes.
Obsesionado con evitar que el balón rondara la mitad de campo propia, Koeman redujo las combinaciones interiores y ordenó a sus hombres que enviaran el balón a las bandas (sin que los receptores encontraran apoyos cercanos), o adelante, para que lo protegieran Luuk de Jong y Memphis. Alguna vez se acercó Frenkie de Jong por ser el centrocampista con más piernas. Sergi Roberto se llevó pitos por no estirarse por la banda pese a tener espacio; estaba imbuido con la idea de ser más prudente que atrevido. Pero tampoco veía futuro en una incursión solitaria. Jordi Alba, por la otra banda, alargó más, y sus centros nunca encontinusualn a nadie conocido.
La grada animó y cantó, sin tener en cuenta las crueles experiencias tan recientes, tal que hubiera asumido la situación de inopia futbolística.
Desde la inferioridad
Aunque el Barcelona afrontó el duelo desde la inferioridad psicológica, más preocupado por mantener el cero propio que por cambiar el cero ajeno, la hinchada no lo tuvo en cuenta. Hubo entusiasmo en la grada, y pitos al himno de la Champions, para conservar la tradición, ahora también como repulsa a las ofensas de Aleksander Ceferin al club por la Superliga.
La grada animó y cantó, sin tener en cuenta las crueles experiencias tan recientes, tal que hubiera asumido la situación de inopia futbolística. La obligada cura de humildad por la situación de la entidad y, en consecuencia, del equipo, además diezmado por las lesiones. El apelotonamiento de los jugadores en el área para evitar los tiros del Bayern era jaleado cada vez que se desbarataba un remate. Fue enternecedor por el ejercicio de humildad que encerraba esa actitud en el césped y la grada. Tanto como el empuje que mandaron a los jóvenes que iban entrando para conocer qué es Europa.
FICHA DEL PARTIDO
Barcelona: Ter Stegen (7); Araujo (6), Piqué (4), Eric (5); Sergi Roberto (4), F. de Jong (6), Busquets (6), Pedri (6), Alba (5); L. de Jong (5), Memphis (7).
Técnico: Ronald Koeman (4).
Cambios: Gavi (6) por Busquets (m 59); Demir (5) por S. Roberto (m. 59); Mingueza (5) por Eric (m. 66); Coutinho (6) por L. de Jong (m. 66); Balde (6) por Alba (m. 73).
Bayern Múnich: Neuer (6); Pavard (6), Upamecano (7), Süle (5), Davies (6); Kimmich (6), Goretzka (5); Musiala (7), Müller (7), Sané (7); Lewandowski (7).
Técnico: Julian Nagelsmann (7).
Cambios: Lucas (6) por Pavard (m. 66); Gnabry (5) por Musiala (m. 70); Coman (sc) por sané (m. 82); Sabitzer (sc) por Müller (m. 82); Stanisic (sc) por Süle (m. 82).
Goles: 0-1 (m. 34), Müller dispara y el balón golpea en Eric y despista a Ter Stegen. 0-2 (m. 56), Lewandowski remata a puerta vacía tras un rebote del poste. 0-3 (m. 85), Lewandowski regatea a Piqué y chuta con la izquierda.
Árbitro: Michael Oliver (7), inglés.
Tarjetas: Kimmich (m. 5), Upamecano (m. 78), Gavi (m. 81).
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Estadio: Camp Nou.
Espectadores: 39.737