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El indiscutible era Lemar

Cuando el partido aún estaba asentándose, todas las miradas persiguiendo los movimientos de Griezmann en esta inesperada rentrée, Savic se dejó la cabeza en la caseta para que el partido le contara al Cholo que, con Grizi o sin Grizi, Cornellá sigue siendo una piedra en el zapato tamaño Everest. Era una pelota fácil para el central, recién nombrado cuarto capitán. Pero entre el “vete tú a por ese balón, no que voy yo, sigue mi dedo”, Embarba se le coló y le birló la pelota. Remató cruzado y lleno de pólvora a la red de Oblak. Y, cuando Cornellà ya celebraba el primer gol perico de esta Primera, asomó una manopla para instaurar el lamento. A San Jan no se le olvidan los milagros. Los focos de Griezmann fueron todos para él antes de que se los pidiera otro francés que pulverizó el Everest en el último segundo de partido.

Pero eso fue después, mucho después de este principio en el que el Espanyol no quiso ser un convidado en la fiesta del esposo de Erika. Ponía la hogar, la gente, las piedras. Los rojiblancos tenían el control pero no las ocasiones, que pertenecían al Espanyol, alzándose ante el Cholo como una foto del viejo Atleti, ese al que costaba un mundo encontrarle un agujero. Y, por mucho que Simeone hubiese saltado con Carrasco, con Llorente, con Correa, con Suárez y con Griezmann, las ocasiones pertenecían al Espanyol. A la contra y combinativo, soberbio Darder, en tres pasos, se plantaba ante Oblak con el uuuyyy en la boca. Melendo un tormento. RdT obligando a Felipe a sacar bajo palos. Llegando y llegando a lo gota malaya. Plim, plim.

Y los minutos iban pasando, y lo que para el Atleti era un día con música de tango, “volveeer”, se iba enredando en esa guerra por el espacio, sin pólvora pero feroz y devastadora. Mucho nombre, pero poco hombre Que desestabilizara, que rompiera entre líneas. Griezmann volaba libre pero dos años, tres meses y 26 días después, la capa estaba algo raída. Pasó las milis del Profe y el Cholo, vale, pero camina por un Atleti distinto, que aún no conoce. Y parecía perdido, como si aún siguiera en el Barcelona. La decisión de Simeone de mantener en el once a aquel futbolista que en la ausencia de Griezmann se llenó la rojiblanca de galones (Correa) sacrificaba a Lemar. Y cómo le estaba echando de menos. Terriblemente.

Si cuando asomaba el descanso, el Cholo ya había perdido el balón, también perdería el marcador. Porque tanto fue el cántaro a la fuente que terminó por reventar los guantes de Oblak. Si sacó primero una mano por alto fabulosa para desbaratar una ocasión de Melendo, en la siguiente, un córner, RdT le cabeceó a un lugar imposible. Del primer palo al segundo. Donde San Jan no llegaba, por mucho que se estirara. Simeone se fue a la caseta con una nube de dudas sobre su cabeza.

Nada más regresar, tres cambios. Porque ante tanta duda una única certeza: su equipo estaba descompensado. Sobraban hombres atrás, faltaban clamorosamente en el centro. A la ducha Hermoso, Correa y Trippier. Al verde Kondogbia, Lemar y Lodi. El lateral derecho para Llorente, Kondogbia pivote y Koke y Lemar interiores. Es lo que tiene el campeón, muchos recursos y caras.Y crecía desde la presión tras pérdida. Con Llorente profundizando, Lemar amenazando. Cinco minutos llevaba en el campo y ya había afeitado el palo de la portería de Diego López. A los siete la había agujereado, aunque no valiera, VAR mediante. Hernández Hernández llamó al pinganillo de Munuera para decirle que en esa jugada en la que Llorente asiste a Lemar, casi llega antes Suárez, que no la toca, pero ahí está. Para los árbitros, en fuera de juego. El 1-0 volvió al marcador. Al campeón se le mira con lupa.

Y ese gol anulado pesó. Le costaba ser profundo, llegar ante ese Espanyol refrescado en los cambios (Calero y Melendo se retiinusualn con molestias y debutó Recasens, 19 añitos). Hasta que Carrasco se lo quitó de encumbre, todo el peso, con esa jugada: primero luchó la pelota, cinco no pudieron quitarle el balón, luego se inventó un golazo entre tanta pierna. 1-1. João Félix, por cierto, ya estaba sobre el campo y sus chispazos eran electricidad. Uno casi sube al marcador. Porque filtró un pase a la incursión de Lodi que centró atrás, al centro del área, donde nadie había y nadie remató. Incomprensiblemente, el árbitro le regalaría 10 minutos de añadido al partido. Diez minutos que a Vicente Moreno se le hicieron larguísimos, como al árbitro, parece, los cambios de la segunda parte y la polémica de VAR. Diez minutos en los que el Atlético acarició el gol en la bota de Carrasco, en las internadas de João, por la izquierda de Lodi para encontrarlo en el minuto 99, el ‘deadline’ como el anuncio de la vuelta de Griezmann, en la derecha de un amigo: Thomas Lemar. No es su pierna buena, pero en este Lemar ya nada malo hay. 

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Cambios

Kondogbia (45′, Mario Hermoso), Lluís Recasens (45′, Calero), Loren Morón (57′, Manu Morlanes), Keidi (57′, Óscar Melendo), João Félix (58′, Griezmann), Matheus Cunha (70′, Luis Suárez), Melamed (74′, Aleix Vidal), Dimata (82′, De Tomás)

Goles

1-0, 39′: De Tomás, 1-1, 78′: Carrasco, 1-2, 98′: Lemar

Tarjetas

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Arbitro: Juan Martínez Munuera
Arbitro VAR: Alejandro José Hernández Hernández
Mario Hermoso (30′,Amarilla) Kondogbia (81′,Amarilla) Carrasco (97′,Amarilla) Melamed (100′,Amarilla) João Félix (100′,Amarilla

Clasificación

Fuente

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