Connect with us

Internacional

Vete de mí. Tributo a Bola de Nieve

Esta percepción popular es alimentada por la carencia de información cuando se trata de la canción. Por aquello de no pagar regalías las hogars disqueras suelen dar el crédito de los temas a los más grandes compositores (estafadores) del mundo: Derechos en Depósito (D en D) o Derechos Reservados (D.R.)

La información (y el poco interés) no ayuda a quienes hacen programas musicales bien en la radio tradicional o en internet. De ahí tanta orfandad informativa para dilucidar autorías.

También está el caso de la no diferenciación entre música y letra en términos autorales.

Por ejemplo, pasa con el tema  Veinte años. Con suerte encontraremos quien nos diga que es de María Teresa Vera, pero la inmortal trovadora cubana  es la autora de la música. ¿Quién escribió esa letra, ese poema?: Guillermina Aramburu, su paisana.

¿Es el texto de María la O de Ernesto Lecuona? Es de Gustavo Sánchez Galarraga, también cubano.

Advertisement

A  Angelitos Negros, de Andrés Eloy Blanco ¿quién le puso música?

¿Y quién le puso texto a El Diablo Suelto?

Dos casos relevantes

Usualmente la poesía va a la música. Los versos de los poetas se trasladan y quedan transformados en boleros, baladas, valses y hasta rumbas. En cambio no son abundantes los casos de música que provoque poesía propia. Por eso el caso de Nicolás Guillén es majestuoso. Él mismo lo mencionó alguna vez: “Todo se lo debo a Matamoros”.

El investigador cubano Guillermo Rodríguez Rivera hace esta acotación: 

Advertisement

“En 1930, el joven Guillén editó en una página del importante periódico cubano Diario de la Marina, ocho textos que se recogían bajo el título genérico de Motivos de son. Lo que allí hacía el poeta, era trasladar a la poesía escrita el texto del son, que entonces estaba experimentando su primer gran auge en Cuba. Guillén, por ejemplo, lo que hace en esos poemas de 1930, es escribir textos que parten de las letras que cantaban por entonces los soneros cubanos. Es darle a esa modalidad poético musical popular su legítimo pase a la literatura. Demás está decir el revuelo que hubo con los Motivos de son. Fueron rechazados por tirios y troyanos: por los racistas que veían en estos poemas una clara presencia de lo negro en sus manifestaciones más populares y a las que Guillén quería darles la condición de literatura; por los puristas del lenguaje, que objetaban la escritura fonética que hacía Guillén, reproduciendo el habla del cubano popular; en fin, hasta por los negros que aspiraban a “blanquearse” y que comprendían que estos poemas denunciaban una identidad que ellos querían esconder”

Lo que hizo Nicolás Guillén fue una revolución, por hacer las cosas a contracorriente. Ahora nos damos cuenta de que los versos de Guillén fueron devueltos a la música de mil formas y por miles de intérpretes, desde Milanés hasta Víctor Manuel, pasando claro, por casi todas las orquestas caribeñas, y por Bola de Nieve.

El segundo caso nos vuelve a remitir al hecho de cómo identificamos a un tema con su intérprete. En este caso la referencia es Ignacio Villa, Bola de Nieve, de quien este 11 de septiembre se arriba a sus 110 años de natalicio. 

Mesie Julian

 

Advertisement
[embedded content]

Ignacio Villa

Existe bastante documentación acerca de Ignacio Villa, instalado por derecho propio en el gusto universal sin distinción alguna ni de idiomas, ni países ni credos sociales. Bola es Bola donde se ponga, y para siempre.

Es mucho lo que se ha escrito acerca del nacido el 11 de septiembre de 1911 en Guanabacoa. Es Guanabacoa también el lugar donde descansan sus restos mortales, según fuera su deseo expreso. Se sabe que Ignacio Villa falleció en el país donde realmente nació a la aclamación popular. Tal vez no hubiera sido así de no ser por el bloqueo de Estados Unidos a la isla caribeña  y a la actuación de su organismo lacayo, la OEA, que impedía viajes directos a los países latinoamericanos salvo México, nación que jamás rompió sus relaciones diplomáticas y de hermandad con Cuba. Fue por esta razón que Bola de Nieve salió de La Habana hacia Ciudad de México. Su destino era Lima, Perú, donde Chabuca Granda preparaba un gran homenaje para él. No pudo ser. Llegó a México el 1° de octubre de 1971. Se alojó donde un amigo, y luego de diálogos y atenciones se retiró a su habitación a dormir. No despertó más…

Culminó así un ciclo vital de apenas 60 años para el hijo de Inés y Domingo, el que tuvo 12 hermanos y el que se lanzó temprano a trabajar para ayudar a la familia mientras los muchachos del barrio, allá en Guanabacoa le gritaban “Bola de trapo”, “Bola de fango”. ¿Será que alguna vez Rita Montaner, también de Guanabacoa, escucho el eco de aquél apodo?. Porque sería Rita Montaner, “La única” quien lo presentaría al publico por primera vez, llamándolo “Bola… de Nieve”, y fue en México, en enero de 1933. Contaba Bola con 21 años de edad. A partir de ahí transcurrieron 39 años de gloria para él, para la música y para el público que le aplaudió y admiró en todo el planeta a él y su piano. Poco se le vio con orquestas o grupos, aunque para 1927 tuvo uno que era acompañante en las salas de cine que no tenían sonido.

Advertisement

También tuvo detractores, los que apegados al formalismo musical, a la discriminación racial, sexual, social intentaron hacer lo suyo para impedir el ascenso del de Guanabacoa. Un ejemplo está en la poca discografía del Bola: Apenas grabó 93 temas en 39 años de actividad, según la investigación del respetado musicógrafo habanero Gaspar Marrero.

Su personalidad, su mundo privado, su auto valoración tan particular, su extraordinario círculo de amistades, sus creaciones tanto en lo musical y literario como en lo interpretativo e inclusive su solidaridad, (lo acontecido en Venezuela con Benny Moré es un ejemplo),  todo hizo y hace de Ignacio Jacinto Villa y Fernández un personaje único, como Rita, la que lo presentó ante el mundo como Bola de Nieve.

Manisero

 

[embedded content]
Advertisement

Bola, Ignacio Villa fue creador de temas inmortales como Si me pudieras querer, Ay, amor, No dejes que te olvide, ¿Señor, por qué?, Arroyito de mi hogar, No siento, Tú me has de querer, y varios más. También fue intérprete de leyenda con temas como La vida en rosa (Edith Piaf), La flor de la canela (Chabuca Granda, No me platiques más (Vicente Garrido), Mesié Julián (Armando Oréfiche), Chivo que rompe tambó y El Manisero (Moisés Simons), ¡Ay! Mamá Inés (Eliseo Grenet), Drume, negrita (Ernesto Grenet), Tú no sabe inglé Victo Manué (Nicolás Guillén- Eliseo Grenet), No puedo ser feliz (Adolfo Guzmán), Babalú (Margarita Lecuona), Mamá Perfecta (anónimo del siglo XIX), y Vete de mí.

Nos detenemos en Vete de mi, tan de Bola de Nieve, tan ajustada a él, tan de su alma, que  cuesta pensar que es un tema argentino, que nació sin ser bolero y que se transformó en tal cuando el cantante bonaerense Daniel Riolobos lo llevó en su repertorio a Cuba con un éxito inmediato.

De Argentina a Cuba

“Vete de mí” Fue creación de dos hermanos, el poeta y mayor, Homero, y el músico y menor de ellos, Virgilio, ambos Expósito. La historia es fascinante, comenzando por un apellido generado por el padre, que fue un hijo abandonado ante un orfelinato.

Nacieron en una localidad cercana a Buenos Aires donde su padre abrió  una confitería a la que llamó “Mimo” y que se convirtió en el centro de tertulia de músicos y poetas. El padre mismo era aficionado a la literatura y por ello no es casual que sus hijos se llamaran Homero que devino en poeta y letrista, y Virgilio, el músico.

Advertisement

Ya en su juventud los dos hermanos se dedicaron a trabajar la música, fundamentalmente el tango.  Así nació “Vete de mí” tema al que consideinusualn difícil, y lo archivaron, mientras seguían adelante con tangos que luego alcanzaron notoriedad.

Un buen día el cantante romántico, de boleros, Daniel Riolobos conversó con Virgilio buscando temas nuevos que llevar en una gira que haría a Cuba. Los hermanos Expósito se acordaron de aquél difícil tema y se lo dieron. Y Riolobos lo montó para cantarlo en La Habana. Virgilio confesaría con los años que aquél tema no tenía clasificación, pero como se lo dieron a un cantante de boleros le sugirieron que lo presentara como tal.

Riolobos triunfó en La Habana, y “Vete de mí” se volvió un rotundo y total éxito.

Daniel Riolobos

 

Advertisement
[embedded content]

Y vuelve Bola

Se sabe que Bola de Nieve estuvo en Buenos Aires en 1940 como parte de una estelar Revista organizada por Ernesto Lecuona en la que también estaban Esther Borja y Ernestina Lecuona. Cumplieron presentaciones radiales y participaron en la película “Adios, Buenos Aires”.

En 1943 Bola de Nieve regresó a Buenos Aires en forma individual y cumplió exitosas presentaciones.

Los hermanos Expósito habían acudido a conciertos de Bola de Nieve en la capital argentina y habían quedado impactados por el arte de Ignacio Villa. Lo que es el destino, con los años un tema de estos hermanos sería incluido por Bola de Nieve en su repertorio y enseguida se volvió un tema cubano, al punto de adjudicarle la autoría al propio Ignacio Villa, quien lo cantó, o contó por todo el mundo haciéndose un tema imprescindible en sus presentaciones.

Advertisement

Bola de Nieve

 

[embedded content]

Han transcurrido 50 años de la partida física de Ignacio Villa (2 de octubre de 1971) y 110 años de su natalicio (11 de septiembre de 1911). Su voz y su arte siguen andando por el mundo, campantes.

Ah, y de “Vete de mí” ya hay más versiones, destacando las de Diego el Cigala y la de Caetano Veloso entre más de 400 en todo el mundo.

El Cigala con Bebo Valdés

Advertisement

 

[embedded content]

Caetano Veloso

 

Advertisement
[embedded content]

Vete de mí

Tú, que llenas todo de alegría y juventud
y ves fantasmas en la noche de trasluz
y oyes el canto perfumado del azul
vete de mí.

No te detengas a mirar
las ramas viejas del rosal
que se marchitan sin dar flor,
mira el paisaje del amor
que es la razón para soñar y amar.

Yo, que ya he luchado contra toda la maldad,
tengo las manos tan deshechas de apretar
que ni te puedo sujetar,
vete de mí.

Advertisement

Seré en tu vida lo mejor
de la neblina del ayer
cuando me llegues a olvidar
como es mejor el verso aquel
que no podemos recordar.

Seré en tu vida lo mejor
de la neblina del ayer
cuando me llegues a olvidar
como es mejor el verso aquel
que no podemos recordar.

(Homero y Virgilio Expósito. 1936)

Fuente

Advertisement
Advertisement

Nacional

Más

Populares