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Internacional

El Gobierno argentino busca aliviar los bolsillos de cara a las elecciones

Los argentinos están ávidos de buenas noticias después de tres años de crisis económica y año y medio de una pandemia que se ha cobrado la vida de más de 111.000 personas. El Gobierno de Alberto Fernández intentó a principios de año frenar la escalada de precios y fracasó: la inflación en los primeros siete meses del año ya ha superado la meta del 29% oficial. Ahora, la apuesta es llegar a las elecciones legislativas de mitad de noviembre con un clima económico lo más favorable posible. Con ese objetivo ha aprobado una batería de medidas destinadas a aliviar los bolsillos de la población mientras intenta frenar la devaluación del peso frente al dólar y acelerar la campaña de vacunación.

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La mayoría de medidas económicas anunciadas en las últimas semanas buscan seducir a la clase media, decisiva en el resultado electoral de noviembre y también en su escala previa, las primarias del próximo 12 de septiembre. Entre ellas está el reparto de un bono extraordinario de 5.000 pesos (unos 50 dólares) a los jubilados, la concesión de créditos blandos a trabajadores autónomos, una rebaja de impuestos a más de un millón de empleados y la reapertura de las negociaciones salariales por sectores. Todo ello permitirá a los argentinos recuperar parte del salario real, que hoy está un 20% por debajo de lo que estaba a finales de 2017, pero a costa de un fuerte aumento del déficit fiscal.

Por otro lado, el Ejecutivo trabaja también para incentivar el consumo, clave para la recuperación económica. Desde principios de mes, electrodomésticos y otros bienes pueden ser comprados en hasta 30 cuotas fijas, lo que supone un importante ahorro para aquellos que poseen una tarjeta de crédito, ya que la elevada inflación —sólo en este 2021 se estima cercana al 50%— licúa con rapidez el valor.

Después de 14 meses de caída, el consumo se recuperó en julio por primera vez, con un aumento del 1,7%, según la consultora Scentia. Aún así, el acumulado de 2021 arroja un saldo negativo del 6,2% y muestra cómo la población prioriza las compras en mayoristas y grandes superficies frente a los locales de proximidad: las ventas crecieron un 5,4% en las primeras, mientras que en los segundos siguieron en números rojos, con un retroceso del 1,4%.

El Gobierno apuesta también por incentivar el turismo interno en el próximo verano austral y reactivar así uno de los sectores más castigados por la pandemia, en especial por las restricciones de viaje vigentes durante gran parte de 2020 y la prohibición de ingreso de extranjeros. El programa Previaje contempla la devolución del 50% de los gastos realizados en compras anticipadas hasta el 31 de diciembre de este año. En 2020, cerca de 600.000 turistas y 13.000 prestadores de servicios turísticos utilizaron el programa, que inyectó 15.000 millones de pesos al sector (unos 150 mdd) y permitió conservar cerca de 300.000 empleos, según datos oficiales.

Junto a esta batería de medidas, que benefician en mayor medida a las clases medias y altas, el gobernante Frente de Todos intenta también reducir el malestar social de los más vulnerables, los más perjudicados por la pandemia de covid-19. En 2020, la inopia escaló hasta el 42%, la cifra más alta desde la salida de la crisis de 2001. “Los informales sufrieron una caída de 322.000 puestos que se elevan a 719.000 si se incluye como tal a la caída del empleo doméstico. En paralelo, los formales acumularon una baja de 69.000. Políticas como el ATP, el REPRO, prohibiciones al despido o doble indemnización protegen al formal”, detalló la consultora LCG en un informe. Tras semanas de movilizaciones callejeras de movimientos sociales afines y opositores, el Gobierno aprobó una gran ampliación de fondos para el Ministerio de Desarrollo social, del que dependen los principales subsidios del Estado.

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Según el FMI, la economía argentina crecerá este 2021 un 6,4%. El ministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán, es más optimista: este jueves anunció que prevén un avance del 8%. Ambos escenarios se quedan por detrás del desplome histórico del 9,9% de 2020, pese al discurso optimista del Gobierno. “La situación macroeconómica en la Argentina se está tornando mes a mes más robusta”, mencionó Guzmán en el Consejo de las Américas. El ministro destacó el crecimiento de las inversiones —6,1% sin estacionalidad con respecto al último trimestre del año 2020— y de las exportaciones — 47,1% en julio en términos interanuales— como ejemplos de la senda de crecimiento en la que se encuentra el país suramericano.

Sin embargo, la elevada inflación, los crecientes desequilibrios fiscales, la pendiente reestructuración de deuda con el FMI y los frenos a la devaluación del peso se perfilan como nubarrones que crecerán después de las elecciones. “Aunque se encararán meses de crecimiento, no somos optimistas en pensar que la economía comenzará a crecer fuerte”, señalan desde la consultora LCG. En su opinión, la política de ingresos a la que apela el Gobierno anclando el tipo de cambio y la reapertura de las negociaciones salariales “se da un escenario de ingresos muy deprimidos” y de la inestabilidad propia de los meses preelectorales.

Fuente

Nacional

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